miércoles, 16 de febrero de 2011

IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN INICIAL



Todo lo que hay que saber sobre cómo vivir, qué hacer y cómo debo ser, lo aprendí en el jar­dín de infantes.”
Las pri­me­ras eta­pas de la infan­cia son las más impor­tan­tes para el desa­rro­llo del ser humano; esto se debe a la gran capa­ci­dad que en esos momen­tos tiene el cere­bro para asi­mi­lar la infor­ma­ción de su entorno. Durante los pri­me­ros años de vida, todas las expe­rien­cias que los niños y las niñas vivan se trans­for­ma­rán en nue­vas habi­li­da­des y cono­ci­mien­tos que faci­li­ta­rán su desa­rro­llo en todas las áreas: motriz, sensorial, cognitiva y socio-emocional.

El pro­pó­sito fun­da­men­tal de la edu­ca­ción en el nivel ini­cial es favo­re­cer el desa­rro­llo inte­gral con la fi nali­dad de for­mar seres huma­nos autónomos, con pen­sa­miento crítico, creativos, independientes, seguros de sí mis­mos y con habi­li­da­des de tra­bajo en equipo. En el nivel ini­cial es donde los niños y las niñas adquie­ren y fomen­tan los valo­res que les van a per­mi­tir con­ver­tirse en adul­tos con des­tre­zas de socia­li­za­ción tales como amor, organización, respeto, responsabilidad, cortesía, pacien­cia, solidaridad, cooperación, honestidad, tolerancia, prudencia, auto– ontrol y cui­dado al medioambiente.
Es pre­ciso apro­ve­char estos pri­me­ros años de vida para favo­re­cer un buen desa­rro­llo neu­ro­ló­gico y para pro­por­cio­nar­les un entorno agra­da­ble, que les ayu­den en su pro­ceso de desarrollo.

Edu­car implica enri­que­cer y esti­mu­lar el desa­rro­llo del ser humano. Los niños y las niñas que han sido estimulados(as), tie­nen un poten­cial mucho mayor que aquellos(as) que no han sido expuestos(as) a expe­rien­cias de esti­mu­la­ción. Estu­dios rea­li­za­dos demues­tran las impor­tan­tes con­tri­bu­cio­nes de la edu­ca­ción inicial. Entre éstas pode­mos citar:

NOTABLES BENEFICIOS en sus habi­li­da­des socia­les y emo­cio­na­les (Heck­man, 2000).IMPACTO POSITIVO y sig­nifi cativo sobre los logros educativos. Más altas pun­tua­cio­nes y resul­ta­dos en prue­bas de mate­má­ti­cas (Con­tre­ras, Herrera y Leighton, 2007).
MEJORES DESTREZAS, moti­va­ción y ren­di­miento aca­dé­mico en su esco­la­ri­dad pri­ma­ria, media y supe­rior (Heck­man, 2000).

Mayor desa­rro­llo cere­bral y mejo­res cone­xio­nes entre las célu­las cere­bra­les (Car­ne­gie 1994).
El libro de Robert Fulghum: “Todo lo que hay que saber sobre cómo vivir, qué hacer y cómo debo ser, lo aprendí en el jar­dín de infantes”. Nos aporta una exce­lente refl exión de la inci­den­cia de la edu­ca­ción ini­cial en todas las eta­pas de nues­tras vidas:
La sabi­du­ría no estaba en la cima de la mon­taña de la universidad, sino allí, en la arenera.
Estas son las cosas que aprendí:
• Com­pár­telo todo.
• Juega limpio.
• No le pegues a la gente.
• Vuelve a poner las cosas donde las encontraste.
• Lim­pia siem­pre lo que ensucies.
• Pide per­dón cuando las­ti­mes a alguien.
• Lávate las manos antes de comer.
• Son­ró­jate.
• Las galle­tas calien­tes y la leche fría son buenas.
• Vive una vida equilibrada.
• Aprende algo y piensa en algo.
• Dibuja, pinta, canta, baila, juega y tra­baja cada día un poco.
• Duerme la siesta.
• Cuando sal­gas al mundo, ten cui­dado con el tráfico.
• Tómate de las manos y no te alejes.
• Per­ma­nece atento a lo maravilloso.


• Recuerda la pequeña semi­lla en el vaso, las raí­ces bajan y la planta sube y nadie sabe real­mente cómo ni por qué, pero todos somos así.
• Los peces de colo­res, los rato­nes blan­cos e incluso la pequeña semi­lla del vaso, todos mue­ren y noso­tros también.
• Recuerdo una de las pri­me­ras pala­bras que me ense­ña­ron, una muy grande: MIRA.

• Todo lo que nece­si­tas saber está allí, en alguna parte. La regla de oro, el amor y la higiene básica. La eco­lo­gía y la polí­tica, la igual­dad y la vida sana.

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